Noticia Variante Cazalla de la Sierra (Sevilla)

Os dejo la noticia para televisión que tuve que realizar para un curso de Periodismo Ambiental online.

Podéis ver la noticia en este enlace.

http://youtu.be/CFgGwSeLf7s

La problemática del video trata sobre una carretera variante que quieren construir en Cazalla de la Sierra. El Ayuntamiento de Cazalla aprueba una alternativa, mientras que una plataforma creada por un grupo de vecinos afectados trata de evitar que se apruebe la alternativa consensuada por el Gobierno de Cazalla y La Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía.

Irene Sevilla

LA CARA OCULTA DEL VINO

Informa: Irene Sevilla

Golosinas, productos cosméticos, fármacos o mermeladas son algunos productos que se crean a partir del reciclaje de los residuos del vino que se obtienen en el proceso de fermentación.

Son muchas las propiedades y beneficios que el vino nos ofrece. Hacer una lista sería interminable aunque, hay algo detrás de ese vino, algo que no podemos ver y que solo los amantes y expertos conocen, que tiene una serie de propiedades naturales que se reciclan para crear un sinfín de productos enriquecidos con los restos de la fermentación del vino y que nada tienen que ver con la enología.

La rasura y la lía son dos residuos que se reciclan del proceso de  fermentación del vino. Ambos son ricos en ácido tartárico; producto natural que procede de los subproductos de la uva. El ácido tartárico se le añade a los vinos y mostos como acidificante para hacerlos más equilibrados desde el punto de vista gustativo, consiguiendo un aumento de la acidez de titulación y disminuyendo el PH de los mismos. Añade características de fruta madura, sabores frescos y agradables.

 Pie de foto: Ácido tartárico en polvo”. Fuente: Google

En rasgos generales, el ácido tartárico es utilizado para la industria textil, bebidas carbónicas, como conservante, antioxidante, como regular del PH en el vino, industria farmacéutica, aditivo de detergentes (principalmente para la eliminación de calcio), retardante del fraguado del yeso y cemento, etc.

Una vez acidificado el vino, se traslada a los grandes depósitos de las bodegas donde comienza su proceso de fermentación. No todo el ácido añadido se queda en el vino sino que el mismo proceso de fermentación hace que este ácido se deposite en las paredes de los tanques. La rasura se solidifica y se pega a las paredes del depósito mientras que la lía es la materia que se precipita y se acumula en forma de fango en el fondo, “es como lo sucio del vino”, apunta Miguel Ángel Martínez, enólogo jerezano.

 Pie de foto: “Rasura extraída de las paredes de los depósitos de aluminio de una bodega jerezana”, Irene Sevilla

Por una parte, la lía es una levadura que se recicla del fondo de los depósitos para que vuelva de nuevo al vino. Una vez recogida se traspasa a otro nuevo depósito para dejarla precipitar y sacar lo que quede limpio de la lía y del vino. “La lía tiene alcohol y ácido tartárico. Se lleva a fábrica, se destila, se calienta y se termina de destilar el alcohol que se obtenga de la levadura o lía. Es un medio viscoso, pastoso y tiene un poco de vino. Si se destila el vino al final se obtiene alcohol”, explica Juan Luis Perdigones, enólogo y jefe de la bodega Sandeman de Jerez, añadiendo que “de lo que queda de calentar y evaporar el alcohol se saca un residuo más seco que se trata con ácido clorhídrico  para revertir el equilibrio de tartrato de calcio a ácido tartárico (es un polvo que se parece a la sal común). Ese ácido es el que nosotros volvemos a comprar en vendimia cuando hace falta ácido tartárico porque se obtiene de la uva. Es como un ciclo”, aclara el experto.

En cambio, el 80 o 90 por ciento de la rasura es ácido tartárico. Dependiendo de las características del vino  y del tiempo de fermentación, la rasura se solidificará en distintos grosores pegándose en las paredes de las botas y los depósitos. Una vez haya sido trasladado el vino a las añadas para su posterior proceso de envejecimiento por el sistema de criaderas y soleras, se procede a la limpieza de los depósitos para que el próximo mosto o vino no se contamine con los restos del vino anterior.

 Foto: “Botas de vino en añadas: Sistema de criaderas y soleras”. Fuente: Google

 

 Foto: Sistema de criaderas y soleras en el proceso de envejecimiento del vino”. Fuente: Google

El enólogo Miguel Ángel Martínez explica que “antiguamente se introducía un trabajador en los depósitos y manualmente, a base de golpes y raspados, se sacaba la rasura secada en las paredes. Ahora, se rocían las paredes del depósito con sosa cáustica (lo contrario del ácido) para desprender la rasura y reutilizarla”. El experto apunta que actualmente existen acuerdos con empresas que a cambio de encargarse de la limpieza de los depósitos se llevan la rasura para procesarla.

Juan Luis Perdigones, Enólogo y jefe de la bodega Sandeman de Jerez, explica que el ácido tartárico y la rasura tienen un precio elevado y resulta un sector bastante rentable: “cada vez hay más empresas que se quieren dedicar a comerciar con la rasura porque es muy rentable. Se ha llegado incluso a importar desde fuera. El precio por kilo oscila entre los 4 o 4,50 euros. A veces vienen empresas que limpian los depósitos y se llevan la rasura, entonces nosotros nos quitamos horas de trabajo a cambio de que ellos lo hagan y saquen un beneficio por ello. Luego estos comerciantes venden el producto a fábricas que se encargan de procesarlo”, concluye su explicación.

Un comerciante independiente de Córdoba, Antonio Córdoba Pérez, se dedica a la extracción de rasura de varias bodegas jerezanas. El trabajador explica que el procedimiento de extracción se realiza con “máquinas que neutralizan el ácido para separarlo de las impurezas y se convierte en líquido”. Una vez limpio de contaminantes, se envía a empresas, fábricas o grupos de investigación, como por ejemplo el de la Universidad de Cádiz, “que se dedican a la reconstrucción del ácido tartárico o a la fabricación de otros productos como productos cosméticos o farmacéuticos”. Juan Luis Perdigones afirma que la Universidad de Cádiz acude a su bodega donde le facilitan el producto y “crear una línea de investigación para estudiar qué se puede extraer del orujo”.

  Cada vez son más las empresas que se dedican a la fabricación de productos que utilizan como materia prima los desechos y restos de la vinificación. La empresa Skinwine de Jerez en colaboración con el grupo de investigación de la Universidad de Cádiz decidieron reutilizar los restos de uva blanca palomino para la elaboración de productos cosméticos: enocosmética.  Los residuos de la vinificación y crianza del Jerez, rasura y lía, contienen multitud de principios activos como polifenoles (grupo de sustancias químicas en las plantas) y alfahidroxiácidos (ácido de frutas). Entre sus productos destacan desde geles exfoliantes, tónicos, limpiadores, champú e hidratantes.

Pie de foto: “Uva blanca palomino”. Fuente: Google

Como ya nos adelantaba anteriormente el enólogo Perdigones, otro ejemplo lo constituye el grupo de investigación de la Universidad de Cádiz, dirigido por el profesor Carmelo García Barroso, que elabora una mermelada de orujo de vino. Esta investigación pretende generar productos ricos en antioxidantes, con subproductos de la uva como la lía, destinados al consumo humano o para productos cosméticos.

Esta cara oculta que nos ofrece el vino también la podemos encontrar en otra multitud de materiales y productos como por ejemplo, su utilización como excipiente para la preparación de pastillas efervescentes (industria farmacéutica), como compuesto de base para muchas cremas naturales corporales (industria cosmética), como mordiente en la industrial textil (sector químico), como emulsionante y conservante en la industria panificadora y para la elaboración de caramelos y golosinas, como efervescente para el agua carbonatada o como acidificante y conservante natural de mermeladas, helados, gelatinas, zumos, bebidas y conservas (industria alimenticia), sin olvidarnos de su cometido principal y original; acidificante para el equilibrio en la elaboración de los vinos.

La Reverde: lo verde y lo rebelde

Irene Sevilla

Entrevista a Carlos Camacho, miembro de la cooperativa de producción y consumo de productos ecológicos, locales y artesanales “La Reverde”:

¿Cómo surgió la iniciativa de formar una cooperativa agro-ecológica?

Surgió en la asociación de consumidores de productos ecológicos “El Zoco”, de 12 años de antigüedad, promoviendo un consumo responsable, local y ecológico. Decidimos dar un paso más y coger los medios de producción, y así fue. Ahora además de ser consumidores somos también productores y distribuidores de nuestra verdura ecológica.

Nos gusta el modelo de empresa cooperativa, es una empresa sin animo de lucro que su misión es satisfacer las necesidades de los socios. Los beneficios se destinan a pagar a los trabajadores del campo y para formación, propaganda, publicidad, campañas de concienciación, etc. Hoy en día mantenemos las dos cosas, la asociación y la cooperativa.

Foto: Irene Sevilla

¿Por qué elegisteis productos agrícolas?

En nuestra asociación llevábamos 4 años consumiendo verduras ecológicas que comprábamos a un compañero. Planteamos la creación de la cooperativa y nos pusimos manos a la obra, arrendamos las tierras que usaba nuestro compañero y continuamos la producción ecológica. Ahora pertenece a todos los socios de la cooperativa.

 ¿Puedes explicarme cómo es un día normal de trabajo en la empresa?

Bueno pues como en cualquier huerto, mucho trabajo manual, riegos, encañar, labrar, etc. El día mas ajetreado son los jueves, es el día que sacamos los productos de la tierra para preparar las cajas para los socios que las recogerán por la tarde en nuestro local.

Se mira cuantas cajas hay que preparar, se calcula la cantidad de verdura a sacar, se saca de la tierra, se lava, y se hacen las cajas que después se llevan al local.

Allí los socios la recogen de 20:30 h a 22 h, el último jueves del mes es el día de pago de las cajas del mes siguiente. Pagan en función de la cantidad de cajas que quieran ese mes.

Cuando hay que sacar las patatas o tareas que se necesite mas mano de obra, los socios que deseen ayudar pueden ir al campo, hay mucha gente que se meten a socios para tener un contacto mas directo con la tierra.

¿Quién se beneficia de estos productos? ¿Qué es lo que busca la gente?

Los productos están destinados a cubrir las necesidades de los socios, casi todos los consumidores son socios. Lo que buscamos es que los consumidores sean dueños de su propia comida y se impliquen en algo tan importante como es la alimentación.

La gente busca productos naturales, volver a los sabores de antes, favorecer la economía local y reducir el impacto medioambiental. Normalmente cada producto recorre unos 2000 km hasta la mesa del consumidor. Nuestras verduras solo recorren 4 km hasta el consumidor, conservando la frescura, las propiedades y el sabor.

También apreciamos mucho el hecho de que las verduras que nos llevamos a casa se han sacado de la tierra el mismo día y además solo sacamos la verdura necesaria para las cajas semanales, por lo tanto nunca tiramos comida como ocurre en otras empresas

¿Cómo se lleva a cabo la distribución?

Las cajas se hacen los jueves en el campo por la mañana y por la tarde se llevan al local que tenemos en el centro de la ciudad, donde irán los socios a recoger las cajas, todos los jueves de 20:30 a 22 h los socios recogemos las cajas en el local.

 ¿Qué hay que hacer para ser socio de la cooperativa?

Para ser socio de la cooperativa hay que comprar una participación de la empresa. Cuesta 200 euros cada una y da derecho a consumir cajas a precio de socio y participar en las asambleas que son las que deciden cada cosa de la cooperativa, haciendo las votaciones de manera democrática; cada socio es un voto.

Para hacerse socio hay que rellenar un formulario que tenemos en el local y presentarlo junto a una fotocopia del DNI y el resguardo del ingreso del dinero.

 ¿Por qué el nombre de La Reverde?

Cada compañero de la asociación que impulsamos esta cooperativa expuso un nombre y por votación salió ese nombre. Nos gusta a todos, nos vemos muy identificados, es una palabra con doble sentido, “verde” por lo que cultivamos y “rebelde” porque lo somos. Nos negamos a consumir lo que sabemos que no nos aporta nada a nuestra salud ni al medio ambiente.

 ¿Qué pensáis sobre los alimentos transgénicos? 

Pensamos que es una amenaza para nuestra salud, deterioran el medio ambiente y los cultivos están en manos de los empresarios de las multinacionales de semillas transgénicas, por lo tanto es una amenaza para los huertos familiares, esto trae pobreza al mundo aunque digan lo contrario.

Por ejemplo, el maíz transgénico de una multinacional americana. Esa empresa tiene la patente de la semilla, los agricultores les compran las semillas cada año. Ésta multinacional tiene contratados unos detectives y si ven que algún agricultor ha guardado semillas de su anterior cosecha y las cultiva, le denuncian directamente. Está cometiendo un delito de patente y debe comprar las semillas todos los años a esta empresa.

Los cultivos transgénicos es una amenaza para los cultivos ecológicos. El viento y los insectos hacen inevitable la contaminación genética de sus cultivos, con lo cual, el agricultor ecológico pierde el certificado de ecológico.

Imagen

Foto: Google

¿Crees que los productos naturales se perderán algún día?

Pensamos que no. Además, estamos comprobando que cada vez mas la gente se interesa por los productos ecológicos ya no solo por el sabor, sino por las propiedades que tienen. Mucha gente con niños están empezando a consumir este tipo de alimento, están cansados de la comida que hay en los mercados.

Lo que falta en España es información sobre la agricultura ecológica y sus beneficios. Resulta que los andaluces somos los mayores productores ecológicos de Europa y los que menos consumimos estos productos, casi todo va a Inglaterra o Alemania.

 ¿En qué medida os ha afectado la crisis?

A nosotros no nos afecta la crisis. Los socios sabemos que la alimentación es lo más importante. Damos prioridad a esto antes que a otras cosas y además, nuestra cooperativa esta autofinanciada por los socios, no dependemos de terceros.

El precio para los socios es muy bueno, ya que nos lo vendemos directamente a nosotros.

¿Qué pensáis sobre los productos no naturales que les echan a los productos agrícolas? ¿Son beneficiosos o perjudiciales para la salud?

Estamos totalmente en contra de los pesticidas. Dañan la tierra, el agua, acaban con el ecosistema que hay en un huerto,  y ademas acaban en el organismo de los consumidores, con futuras enfermedades relacionadas con estas practicas, que por desgracia cada día crecen más (alergias, cáncer, etc.). Estamos en la primera generación donde los niños tienen peor salud que sus padres y esto es debido a la contaminación y a la mala alimentación.

Pensamos que en un futuro todo será cultivo ecológico. La gente que usa química cada vez tiene mas pérdidas porque la tierra da menos de sí, no tiene vida, no tiene nutrientes naturales. No hay otro camino que volver a lo natural, alimentar la tierra con nutrientes naturales.

 ¿Cuáles son vuestros productos estrellas?

Las patatas y los tomates suelen ser los más valorados por los socios. Al final del verano hacemos un taller para embotar tomate para el invierno, así no consumimos tomates de otros países o de invernaderos.

¿Qué productos que no sean químicos usáis para vuestros productos ecológicos?

Usamos solamente productos minerales como el azufre y el sulfato de cobre como fungicida (matar hongos en las plantas) y estiércol de oveja para fertilizar la tierra.

¿Tenéis pensado ampliar el negocio (ampliar productos, ampliar mercado o áreas de negocio, expandiros por otros territorios o producir otra serie de productos?

Todo a su debido tiempo. Eso se decide en asamblea y ya iremos viendo el camino a tomar…Hay muchas opciones, tal vez árboles frutales, fresas… No sabemos todavía.